Hay una persona que me pone en un ya conocido titubeo, que no es característico de un principiante, sino de una costumbre ya bien aceptada. Es de esas personas que siento muy lejano y ajeno a mí, y a la vez muy similar y encantador en su distancia.
No es de su conocimiento la influencia que tiene en mis acciones, o precisando, en las pequeñas cosas que me enorgullezco de haber iniciado hacía ya un tiempo.
La sonrisa que se esboza en mi semblante al leer alguno de sus personales escritos, ya es algo con lo que estoy familiarizado, no es algo que me desagrade, es la razón por lo que los leo.
Poniendo de testigo a la verdad en esta breve declaración, no sé que más cause en mí. No lo conozco aún, no sé cuanta calma traiga él consigo, no sé si pueda ser sutil con mis intenciones de contemplar su rostro. No quiero perder la oportunidad de conocer parte de su historia, que me hable de él, que me cuente lenta y ocasionalmente fragmentos de su vida.
Pstd: Miguel, aquí me tienes una vez más inspirándome en tu persona, en tu peculiar ser. Gracias.
"Basilio – Costumbres"

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