Llega una persona que termina de construirte, que termina haciéndote sujetar la idea de que vales muchos, de que los temores y experiencias anteriores son sofocantes y son proclive a hacerte perder de cosas nuevas y maravillosas.
Llega a hacerte replantear tu situación, tus pensamientos. En cierta forma tus gustos cambian, puedes pensar antes de tomar una decisión y a rogar de que lo que elegiste no lo lastime.
Llegan momentos en los cuales, en lo personal, deseo estar con mi soledad pero me arriesgo a dejar esa comodidad y pasar tiempo con él y pensar justo en ese instante: "Esto fue lo mejor"
Llega una persona que te hace pensar en cuan bonito puedes decir las cosas con el infantil y trucado propósito de hacerlo sonreír.
Una persona que tengo miedo de hacerle daño ya que poco a poco voy conociendo mi inconsciente.
Una persona que sus abrazos me llenan de alegría y dicha, no importando la opinión de susurros de la gente.
Una persona que en el intento de sujetar su mano ocultándonos de los demás es un sentimiento de aprecio que solo ambos entendemos.
Una persona que escucharlo conversar es sinónimo de admiración, es sinónimo de dicha por saber que al menos se dirige a ti y sabe tu nombre.
Una persona que observarlo caminar en soledad es semejante a un vacío y una soledad olvidada, ya que por lo menos con la imaginación puedo observarme a su lado.
Una persona que estoy muy feliz se haya fijado en mí, ya que me demostró que aquel ser aburrido y poco interesante y desalineado con el cual me identifico, pues...tiene mucho que dar y también características que lo hacen muy simpático, interesante y gracioso en cierta forma.
Una persona que, como comento, no quiero que se aparte de mi lado y que no sé cuanto más le interese aún frecuentarme, solo sé que le quiero dar las gracias ya que en este corto lapso me a hecho conocer mucho.
Una persona con las que puedo juguetear con su cabello mientras nuestros labios están a milímetros uno del otro pero con temor a rosarse y por ultimo terminar besándonos.
Una persona con el cual recostarlo en mi regazo, acomodar su cabeza en mi pecho y entrelazar mis manos alrededor de su espalda es muy tierno, más aún, hacerlo bajo la luz de la noche, alrededor de vegetación, a mediados de un barranco y tener como testigo ante nosotros la playa.
Una persona con el cual hacer dinámicas infantiles como darle un bocado en su boca y pedirle que confíe en mi persona es muy trillado, pero hacerlo en ese instante es placentero tanto como para sentir que eres el primer ser en la historia que se le ocurrió hacerlo.
Una persona que te brinda una recomendación o un comentario que se pueda considerar semejante como una reflexión de un autor sobre su obra cumbre.
Una persona con el que desconocer algo es sinónimo de una ingenua vergüenza que tienen como fin ser resarcida con el propósito de aclarar sus dudas la próxima vez que las enuncie.
Una persona con el que sin caer en subestimaciones y desacreditación, sientes que se merecen a alguien mejor, ya que él tienes metas y aspiraciones que tal vez no imaginabas y que por consiguiente te resultará difícil en cierta forma acoplarte a ellos y, por ende, considero yo, tal vez una opción rápida y eficaz es no permitir que se involucre tanto contigo, tomar con mucha sobriedad las cosa y si se puede evitarte y evitarle un sufrimiento futuro.
Una persona que me hace recordar mucho a mí, en cuanto a las ganas que le quise poner en la primera ilusión y el intento de relación por la que luché en algún tiempo y que no resultó.
Una persona que me hace recordar el pasado y me hace entender el porqué ocurrieron.
Una persona que me hace sentir muy bien pero sé que el disfrute es efímero, y que para mi suerte, no debo tener mucha esperanzas en el amor.
Elmer Yapo

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