domingo, 28 de junio de 2020

¿Solo palabras?

JUNIO 23 2020

Deambulaba por las calles por donde estoy seguro lo encontraría, ya que en una oportunidad me dijo que amaba aquel parque poco valorado en una cuidad tan reconocida, aquel parque el cual tenía una pequeña banca cómoda para observar el derrumbe del mundo sin preocupación alguna por nada, esa banca era un lugar privilegiado entre los ancianos y quebradizos arboles, y los vigorosos y modernos edificios que rodeaban ese pequeño espacio de naturaleza que poco a poco era absorbido por la gris acera, y que al atardecer por al menos 4 minutos los destellos naranjas del sol, en las tan comúnmente odiadas canículas citadinas, alumbraban armoniosamente como si ahí fuera el lugar de descenso de algún arcángel. Yo me mantenía indeciso y olvidado debido a mis vacíos y la mente llena de martirios, sobre todo aquellos que sabes que son simples de solucionar pero que también eres consciente que requieres una opinión que venga de cualquier lado, una opinión con fundamento. Tomé coraje y fui a su búsqueda, no lo encontré, tomé aún más coraje y decidí llamarlo, me respondió al segundo intento y de buena manera me dijo que lo esperara donde ya yo sabía.
Luego de un rato hizo su aparición.

— Te he esperado un muy buen rato.

─ Tú sabes. Me llamaste de improviso, no lo esperaba.
─ Cierto, aún así... no te ves agitado.
─ No, estuve a una cuadra de acá.
─ Lo sabía, tú estabas por acá ¿Por qué demoraste?
─ Estuve pensando en si venir o no, y me fui cuadras más lejos mientras lo hacía.
─ Sigues siendo un misterio.
─ Tal vez.
─ Entiendo. Esa es una respuesta tan característica de ti.
─ Bueno. Tengo un lápiz para tomar nota de las preguntas que tengas.
─ La madurez no te ha abandona mientras que a mí me ha citado con una fecha que aún no existe.
─ Yo puedo serle infiel por breves momentos y contarte lo que necesites saber de ella.
— Sí, tengo preguntas que me atormentan y necesito razones para menoscabarlas.
— Perfecto.
— Tengo la sensación de ser insensible a ciertas palabras que usualmente las personas dirigen hacia sus parejas con tanta familiaridad. Siento que mi propia esencia de ser y considerarme aislado de todos, no me permitirá aceptarlas nunca. Ante tal rechazo que muestro no encuentro un consuelo que me brinde sosiego.
— Vaya... Veintiún años, ¿Verdad?
— Eso no ayuda en lo absoluto.
— Amigo, ¿Tú te has enamorado?
— No entiendo la pregunta.
— Simple ¿Alguna vez te has enamorado?
— Por supuesto
— ¿Conoces a alguien más que también se haya enamorado?
— Claro. Todo el mundo alguna vez se ha enamorado.
— Tú mismo te estás respondiendo.
— Bueno me quiero explicar mejor. No pretendo ser pedante, pero, yo soy único. No hay persona alguna que piense o sienta como yo ¿Por qué me debo ver obligado a la deficiencia de mi imaginación y sucumbir a los trillados y ya muy manoseados piropos, promesas, palabras y canciones de todos los demás? No me quiero permitir eso.
— ¿Tú recuerdas a Romeo y Julieta, al joven Werther y Charlotte, al doctor Juvenal Urbino y a Fermina Daza, a Dulcinea y al Quijote? Todos ellos en algún momento se han enamorado y han dicho las mismas palabras al profesar su amor, pero de lo que sí estoy más que seguro es que cada una de sus historia son en contextos y circunstancias distintas, al igual que la intensidad de sus amores que entre ellos mismos compiten por ser el más digno de la palabra amor.
— ¿Ellos expresan su amor de forma similar pero sienten de forma distinta?
— Claro. Tú no estás sintiendo nada nuevo que alguien no haya experimentado, pero lo que sí estás haciendo es escribir tu historia con tu puño y letra junto a la persona que tú quieras poner como protagonista a tu lado. Tú mismo date cuenta de las veces que te has enamorado y se los has comentado a alguien. ¿No te das cuenta que tú mismo también repites cosas que según tú en ese momento eran únicas?
— Pero…
— Si bien la palabra amor y los tantos juramentos inequívocos que se hacen dos seres enamorados son del uso y del conocimiento de todo el mundo, sus sentimientos no son así, y mucho menos las formas en como demuestran ese amor. Tú eres único, pero no porque dejes de ser humano o que sientas emociones que ninguna otra persona haya sentido, sino por la manera en como las expresas.
Las palabras son simples vehículos ineficientes para plasmar lo que sentimos, nuestras actitudes son lo mas fiable para mostrar lo mucho que amamos a alguien.
Si tienes a alguien a tu lado, vive el sentimiento con esa persona y no dejes que una simple palabra que puede ser dicha por cualquiera que no valora su propia existencia, te limite de mostrar lo mucho que tú sientes.
— Ya voy entendiendo.
— Las personas son bellas en su interior, su esencia es una de las 66 mil millones que existen en el planeta, te puedo confirmar que son cosas que se encuentran una sola vez en la vida.
Puede que hayas dicho y jurado amor a personas en tu pasado, ¿No?
— Sí, ahora que lo dices, sí lo he hecho.
─ Bueno, pero también eres consciente que esta vez en la que te estás enamorando sientes cosas nuevas y por lo tanto también aquellas palabras repetitivas que dijiste en esos momentos de tus pretéritos amorosos, ahora en el presente tienen un matiz y una significancia diferente, aquel: "Buenos días, Amor", "Te extraño", "Te quiero", "Me gustas", son palabras nuevas que surgen de tu boca, y más aún, esta vez son para una nueva persona en tu biografía, he ahí lo novedoso de las palabras. Los "Te amo" y los "Te quiero" que brindes hoy en día son originales y nuevos a todos los demás que dijiste alguna vez y también a los que dicen el resto del mundo.
— Sabía que eras la persona indicada para pedirte una opinión.
—Bueno me tengo que retirar, prometí tener un horario para leer y compartirlo conmigo y con mi libreta de poemas, y ya se acerca la hora. Cuídate.

Yo permanecí sentado y vi como él se alejaba dejándome solo, a un paso que no parecía tener apuro alguno de llegar a algún lado, y a la vez vi como sacaba un libro de su mochila para dar inicio a la hora de leer que me comentó. Bueno, no me había dejado solo, me había dejado una charla y un aprendizaje que me brindaron calma y a la vez me hacían compañía en aquella banca del parque.

(Zarpar - Vanessa Zambak)
Elmer Yapo

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

¡¡¡Muchas Gracias por leerme y por tu comentario!!!