miércoles, 29 de julio de 2020

Llamas, Rosas y Caminos

JULIO 29 2020

No es perturbar. Las ideas en la vida se contagian en cada conversación que uno sostiene de manera insospechada. La llama de la tranquilidad y la felicidad siempre está ardiendo en nuestro interior, pero en muchas ocasiones hay algunos que de alguna manera u otra terminaron extinguiendo su rojo fuego, es así como de manera usual, ellos al no tener esa llama de felicidad, buscan robarlas de personas que aún la conservan, esto es lo preocupante, el ser humano daña sin pensarlo, no está en su naturaleza anticiparse a las consecuencias de sus acciones. ¿No sería mejor tomar prestado la llama por un momento, encender tu fuego interno y luego devolverlo? ¿Por qué el contacto humano siendo tan necesario para la existencia, de manera general, siempre termina dañando? Las personas somos un campo fértil para poder sembrar en nosotros mismo sentimientos tan placenteros como los podamos imaginar, pero no, preferimos robar las cosechas de otros porque nos resulta tedioso e infructífero sembrarnos para mejorarnos.
El trabajo en uno mismo, es lo más bello en lo que uno puede invertir, ya que es ganancia segura para nuestro propio beneficio. Lamentablemente, el gusto del pópulo está en la inasible hambre de mejorarse arrancando con piel y sangre lo que nos falta y adherirlo a nosotros. ¿Por qué esa patética acción es normalizada por la sociedad? Mejorando nuestra personalidad y trato con otros, acrecentamos nuestra valía, y eso hace que uno sea deseo de muchos pero propiedad de ninguno.
Nuestras vivencias son fútiles, lo sé, no hay nada nuevo en la imaginación de las aspiraciones. No hay nada extraordinario en nada, a menos que tú lo tomes de esa forma, es lo magnífico de la vida. El llanto y el dolor de las personas pueden ser por las mismas causas, pero cada uno le da la intensidad que considera se merece. Hoy fui parte una escena particular, estuve haciendo la rutina habitual a la que estoy circunscrito desde ya hace unos meses y vi una rosa encima de la mesa, en la soledad de la sala. Yo al ver esa rosa, tal vez por mi carente contacto con la naturaleza y más aún con los aromas de las flores, me vi en la obligación de contemplar la rosa como si no hubiera otra en ninguna otra parte, la fotografié, la observé, le escribir un poema y luego la dejé ahí.
Mi negativo preludio una vez más tuvo realidad total: ninguna otra persona a excepción mía, tuvo el comportamiento con aquella rosa mi mucho menos el interés alguno en saber por qué al menos estaba ahí.
"Lo que para un hombre es basura... para otros es oro."
Somos insignificantes, pero no te pongas triste, eso es lo magnífico, tú mismo puedes darle a tu vida la mayor importancia que puedas y que nadie te podría aconsejar, pero recuerda, solo es importante para ti, para otros solo serás un muerto más en las estadísticas de la tasa de mortalidad de cada año.
Es necesario observar la vida como un trayecto irrepetible. Nosotros comenzamos a recorrerlo con el paso normal, ligero y estándar con el que se requiere partir de ahí, ya es decisión de cada uno si decide retrasar un poco o redoblar su andar, con esto entiéndase que al adelantarlo, estará acelerando su llegada a la muerte, y al retrasarlo, lo que hace es brindarse más tiempo para vivir.

(El hecho de retrasarlo o adelantarlo, en la vida real, hace alusión a las drogas, las enfermedades, los placeres culposos o las simples peripecias que nos suceden cada día)

Una vez que estamos con el paso adecuado al que queremos, lo que empezará a suceder es que los caminos de otras personas empezarán a cruzarse con el tuyo, ya sea únicamente una intercepción que no tomará más de un segundo, ya sea un trayecto corto en el que ambos anden juntos por el mismo camino, o un trayecto largo, algunos caminarán en paralelo a tu sendero pero jamás se cruzará contigo, algunos tendrán su camino tan lejos de ti que ni siquiera alcanzarás a percatarte de su existencia.

(Las intersecciones o tramos que compartes con los caminos de otras personas, se refiere a los amores y las experiencias que tendrás en la vida)

 Muchas veces habrá personas que se crucen solo por momentos en tu vida pero te harán aprender algo bonito, otras veces habrá personas que caminarán junto contigo por tramos muy largos, de seguro esas personas serán las que te enseñaran a amar, y lo malo esta acá, cuando llega el punto en el que los caminos de ambos inevitablemente tiene que dividirse, lo que tú le pedirás será que se detenga y que tú también lo harás, de esa forma no continuarán por el resto del trayecto que les resta únicamente por permanecer juntos, esto es doloroso pero no es lo correcto. Si tal vez esa persona decide continuar su camino, lo que harás será irrevocablemente continuar el tuyo, pero siempre estarás mirándolo, mirando su trayecto de reojo como si tú no tuvieras uno, observarás con quienes él se cruza o con quienes le toca ahora compartir el camino así como pasó contigo, y no te percatarás de avanzar el tuyo adecuadamente, tal vez para ti también llegue una nueva persona con la que te toca atravesar un largo y nuevo trayecto, pero como tú aún sigues añorando el tramo pasado con alguien, lo que harás reiteradamente será voltear y decirle señalándole: "Mira, yo caminé con tal persona por ese trayecto largo en mi pasado, ¿Lo ves?" De esa forma nunca gozarás las nuevas personas que te acompañarán, y de manera adversa, lo que harás será espantarlos, ya que solo estarás caminando a tu muerte pero mirando al pasado, caminarás de espaldas, si las cosas pasan es por algo, las personas llegan a tu camino en el momento que deben de llegar y luego también se deben ir en el momento que se tienen que ir, no observes con nostalgia los tramos de caminos que compartiste con alguien, sino enfócate en ver que nuevos tramos te tocarán vivir con nuevas personas, tal vez haya tramos aún más largos que compartir con alguien, que los que ya recorriste. 
NO CAMINES DE ESPALDA.

Si no olvidas y dejas de añorar el pasado, no disfrutarás nada con nadie en el futuro, ya que lo único que harás será buscar un reemplazo, y es ahí cuando tu vida deja de tener sentido, es ahí cuando tu camino se ve quebrado y dañino para que al menos alguien se interese en cruzar por ahí.

Elmer Yapo 

jueves, 23 de julio de 2020

Eyes like sunshine

JULIO 23 2020

¿Por qué los maltrato con dubitaciones diarias?
¿Por qué le dedico horas a hacer sufrir algo tan bonito en mí?
¿Por qué me gusta sumergir en tristezas algo que nadie más tiene?
¿Por qué le entrego depresiones fortuitas a las cosas que reflejan mi alma?
¿Por qué lloro tanto?
Por qué visto mis ojos con lágrimas, si son lo más puro que nadie nota en mí, ni siquiera yo.
¿Por qué mis ojos no tienen la importancia que merecen? ¿Por qué los lastimo?
El reflejo de mis ojos es el brillo más hermoso que hay en el mundo. Me siento arrepentido por hacerlos llorar, intentaré ya no hacerlo.

(Everybody's gotta learn sometime - Beck )

Elmer Yapo

sábado, 18 de julio de 2020

El miedo de seguro retornará

JULIO 18 2020

La calidez de un día de verano o de primaria no es nada foráneo al acompañamiento de sentimientos de calma y de sosiego. Prueba de ello llamo al tribunal a las personas más directas y transparentes que pueden habitar con nosotros: los niños. Si se le pide a uno de ellos dibujar un paisaje feliz y de diversión, será inevitable que él en aquel papel dibuje un sol por alguna parte, o tal vez más explícito, lo ponga en medio de toda su obra. Debo confesar mi irremediable relación con el clima y el carácter que puede tener un día y un lugar en mis emociones. Las tardes soleadas, acompañados de un libro entre mis piernas y junto a todo ello, una canción de compases lentos y delicados, me brindan sosiego para poder morir en ese mismo instante. Las tardes soleadas lejos de mi hogar, rodeado de gente que aprieta el paso por cumplir las labores a las cuales están sujetos, me envuelven en un ambiente de descompresión y de descontento por retornar lo antes posible a mi cuarto y poder valorar aquella puesta de sol antes que se despida de mí.
Análogamente, la tristeza de un niño suele ser custodiada en sus dibujos por nubes grises y frías, lluvias, vientos, paisajes desoladores. Yo siento lo mismo en circunstancias que mis ánimos no están lo adecuadamente estandarizados como para permitirme dejar la tristeza en cama. Los días nublados y oscuros por las neblinas no me entregan tranquilidad alguna, son horas que se me vuelven eternas entregándome completamente al abandono y la ansiedad por querer que la noche pase rápido; siento la cama fría y desagradable, en lugar de mantenerme cálido, solo me hace generar escalofríos y bostezos helados; siento la luz de mi cuarto como la hipocresía más grande que se me restriega en la cara, en lugar de alumbra mi alcoba solo hace más visible desde donde comienza la oscuridad y las sombras; veo lo vacío de mi cuarto, antes fuente de comprensión completa a mis ideas y también incubadora de las concepciones más orgullosas que he tenido, como una cárcel fría que necesita una fogata dentro de ella, necesita de conversaciones lejanas que poco o nada tengan de sentido, y que poco o nada me interese entenderlas, que solo me sirvan de garantía para saber que hay gente cerca; el silencio total en las madrugada no es aliado para mi descanso. 
Lo que alguna vez escuché, de mi amigo Moby Dick: el clima de cierta forma condiciona el ánimo de las personas, toma más arraigo en mi forma de pensar.
Hace poco de manera no prevista, tuve que permanecer por las calles de Lima en un noche fría que humedecida las pistas y aceras, al ver las luces de las calles en lo lejano se podía observar el paso de la neblina, y al momento de buscar una persona cercana para sentir que no estaba soñando, no encontré a nadie, no lo podía soportar ni creer, me sentí aterrorizado y urgentemente me moví a alguna avenida que me mostrara señales de personas que hablaran, que respiraran, que caminaran, que hicieran lo que sea. Comprendí que el miedo es insoportable, pero a la vez que la manera de aislarlo es el contacto humano. La tranquilidad en la soledad es exquisita, pero cuando sabes que hay un punto fijo contigo, la idea del desapego total de todo en cuanto nos rodea me parece imposible de poner en praxis, me parece un exceso de oriente.
El punto fijo es de manera similar a entrar a un bosque milenario, temido y olvidado por la mayoría de la humanidad. Las posibilidades de entrar a él llevando conmigo una cuerda fija amarrada a la cintura la cual servirá para orientar mi camino de regreso una vez que este satisfecho de encontrar lo que sea por lo que haya querido entrar, es bastante alta. Pero arriesgarme a perderme en todas aquellas historias y criaturas por las que ese bosque es famoso sin tener forma certera de regreso o manera alguna de comunicar mi muerte ahí dentro, es algo que no puedo permitirme.
De manera similar es la vida, considero que esa interrogante de Perogrullo que dice: ¿Ya cuando vas a sentar cabeza?, se debe a que llega un momento en que necesitas tener esa distracción: la familia, los hijos, un hogar que a su vez te entregará nuevas preocupación en las cuales enfocarte e invertir tu tiempo, que permitirá retardar la consciencia de tu soledad humana en la vida, dando lugar a que llegue primero tu muerte antes de la desesperación de ser consciente que estás solo en este mundo.

Elmer Yapo
(Killer Queen – Queen)

lunes, 13 de julio de 2020

Minayo durmió solo toda la tarde

JULIO 12 2020

No me regales cosas. Regálame lugares. Regálame lugares que no encuentre en mi rutina diaria, para así tomarme la molestia de ir hasta aquel paraje y poder recordarte.
Regálame cosas intangibles: Tu sonrisa, tu alegría, tu amor, porque esas cosas una vez que tú te hayas ido, se irán contigo; esa es la mejor parte, son regalos que no causan dolor.
Son regalos que solo me pertenecen mientras esté contigo.

Elmer Yapo

miércoles, 8 de julio de 2020

Retorno de Querencias

JULIO 02 2020


La plantilla de mi fortuna está, simplemente, mal hecha. Evoco aquel fragmento de un octubre del 2019

***No logro entenderme, mis emociones son excesivamente volubles.
Él sabe que no cuenta con tiempo, sabe que administrarlo es algo en lo que es incompetente y, al parecer no tiene intención de mejorar ese aspecto, de hecho tiene muchas ideas, pero lo que claramente jamás tendrá es la voluntad de comenzar, se queja reiteradamente de su vida, pero como buen ser humano, solo se queda ahí quejándose: Pobre mediocre.

Algo que ha estado buscando desde hace buen tiempo, desde sus 17 años, ha sido una compañía, las compañías que uno añora al momento de ver una trillada película romántica. Esa compañía que según cree él, cual niño en un parque de diversiones, mejorará considerablemente su vida.

No tiene ni el más mínimo ápice de conciencia de lo que es el amor, es de esos idiotas que cree saber más que otros por leer unos cuantos libros y porque se siente, reiteradas veces, incomprendido por la sociedad y por su familia. Es un estúpido más en busca de afecto por parte de otros que aún más vacíos de amor están que él.***

Quiero ser parte de la nada, quiero ser parte de frías calles llenas de relatos contados por sabios impulsos nocturnos, que no son importantes para nadie.
Quiero ser las manos frías y abandonadas de un foráneo entender.
Quiero ser el clima que viste las nubes oscuras y húmedas llenas de disgustos.
Quiero ser el anochecer que a nadie le importa y que se convierte únicamente mío, mío y de mis inspiraciones.
Quiero ser el descampado fuera de la ciudad en que se observa claramente las estrellas.
Quiero ser el refugio de nostalgias mal contadas por chismes irrelevantes.
Quiero ser el espectador del desastre en que se tornan los acérrimos defensores de ideales eterno y totales.
Quiero ser temido y aborrecido ante compañías que actúen contrarias a mis convicciones.
Quiero aislamiento y un estruendoso silencio.
Quiero el memento total de la epopeya que fue cantada aquel día en que nací.
Quiero dibujos con acuarelas inexpresivos y lienzos extravagantes que sirvan para pedir aprobación con sonrisas de complicidad.
Quiero un día olvidado para mi muerte, esos días que la humanidad desperdicia en vicios sublimes y realzantes de vida.
Quiero la pena de nadie y la admiración de ninguno.
Quiero calles reventadas de historias ingenuas, asombrosas y sórdidas.
Quiero ser el alma que yace muerto ante el disfrute de amores.
Quiero amores no memorables, quiero esos que son fáciles de odiar y de aborrecer para así nunca llevar en mente nada que no sea el asombro ante uno nuevo.
Quiero el ingenio de las canciones que me elevan a panoramas únicos en mi mente.
Quiero incomprensión total en mi palabras y atención total a mis miradas.
Quiero ser ajeno a mí mismo y exageradamente fiel a mis ideas, hasta sentirme aterrorizado.
Quiero ser la significancia opuesta a la escasisma de seguridad que delatan mis sememas.
Quiero estatuas que pueda observar en el hostil tumulto y que aún mantengan las marcas de propiedad que les hice cuando estuve ebrio en mis desvaríos noctámbulos.
Quiero la butaca que no me permite observar el desarrollo del largometraje en el que hago mi debut.

Estoy mintiendo, si la observé, la pantalla estuvo negra por 8 horas y 19 minutos. ¡Actuación perfecta!
Elmer Yapo