miércoles, 14 de agosto de 2019

Adquisicion Holgada de Aptitudes y Valía Latente

MARZO 15 2019

¿Por qué me temes?
¿Por qué me temes?
Si mis emociones son manipuladas por tu nombre.
Si soy el náufrago con conciencia propia de su desdicha.
¿Por qué me temes?
Si ni tu risa, ni tu despertar es conmigo.
Si estoy destinado al fracaso contigo.
¿Por qué me temes?
Si soy la carta tardía perdida en el horizonte.
Si soy la hipótesis que no tiene quien la confronte.
¿Por qué me temes?
Si soy aquella última opción sin conciencia de su existencia.
Si soy la oración olvidada en un soneto sin decencia.
¿Por qué me temes?
Si soy el hombre al que nunca correspondes.
Si soy la pregunta esquiva e incómoda que nunca respondes.
¿Por qué me temes?
Si nazco en tus parpadeos y muero en tus labios.
Si soy la sombra que acompaña a tus comentarios.
¿Por qué me temes?
Si soy la mejor propuesta, claro, después de la primera.
Si mi voluntad yace muerta ante tus recuerdos de primavera.
¿Por qué me temes?
Si mi soledad me apresa ante la libertad de tu dulzura.
Si mi cuerpo aún marca nuestros lazos de ternura.
¿Por qué me temes?
Si estoy hecho para estar decepcionado. 
Si estoy opacado por tonos tóxicos y complicados.
¿Por qué me temes?
Si tus palabras me acribillan a su antojo.
Si no habrá posibilidad de tenerte cuando te escojo.
¿Por qué me temes?
Si moldeas mi ser con cada susurro.
Si juro y guardo tus besos en los lugares que concurro.
¿Por qué me temes?
Si das por muerta mi dolida historia.
Si eres mi primer amor y no escaparás de mi memoria.
¿Por qué me temes?
Si quiero estar contigo sin importar el rechazo.
Si mi existir sin ti divaga por idilios, sin lo cálido de tu regazo.
¿Por qué me temes?
Si no soy capaz de pintar tu figura.
Si mi poesía es propia de una ajena locura.
¿Por qué me temes?
Si juzgarme no es complicado.
Si mis lamentos son un cantar equivocado.
¿Por qué me temes?
Si lo correcto ya está controlado.
Si mi lujuria no es aceptada a tu lado.
¿Por qué me temes?
Si sabes muy bien que yo por ti vivo.
Si mi ser por esencia es conflictivo.
¿Por qué me temes?
Si en tu fuga te llevaste mi supervivencia.
Si mi voz se ha perdido en tu ausencia.
¿Por qué me temes?
Si sin pensarlo te relate el final de nuestro romance sin ni siquiera haberlo vivido.
Si aquella misiva canción que alguna vez escuchaste, marca mi accionar desde el día en que te marchaste.

Yapo Elmer

(Conocimiento lento como resultado de interacción con factores ajenos a uno; aislando y reacomodando capacidades sentimentales)





Alumbramientos y Descubrimientos de Ignorados Horizontes

MARZO 29 2019

Expresiones no me bastan para expresar el amor que siento.
Días no me bastan para las ganas que tengo de vivir.
Ideas no me bastan cuando quiero ser innovador en mi destino.
Solo tengo un lápiz y un papel a mi disposición.
Lágrimas no me bastan para saciar mis desdichas.
Noches no me bastan para poder amar mi vida.
Letras no me bastan para poder terminar mis historias.
Solo quiero ver las cosas... verlas desde tus ojos.  

Yapo Elmer

(Momentos en el que el amor pierde fuerza, sutilmente, para restituirse en conciencia plena de existencia y disfrute de las cosas maravillosas simple y lentas coexistiendo con nuestro pragmatismo e inmediatez)

Descanso Diurno con Intenciones Temporales I

MAYO 19 2019

¿Qué nos pasó?
Te abracé y el rechazo afloró.
La costumbre me habla de cosas fortuitas.
Lo lejano es cada vez más cercano a mis versos.
La partida tiene su salida en tu actitud.
El saludo es ingrato a sus semejantes.
La discusión cada vez es más coherente.
El dibujo matutino acaba con tu piel en el ocaso.
Todo lo que tengo muta en mi escasisma de valor.
La soledad es una bienvenida compañía.
La verdad no valora su existencia en falacias de agradecimientos.
El murmullo hace su presencia en escandalosas ocasiones.
La atención calla súbitamente, propio de su distraída personalidad.
El descompás es muy coordinado con sus varianzas.
El sentir ya es absurdo disimulando mi existencia.
El color yace muerto ante la gama de la cual fue desplazado.
El conocer no resuelve las incertidumbres que brotan ante una respuesta inhóspita.

Yapo Elmer

Descanso Diurno con Intenciones Temporales II

MAYO 19 2019

¿Qué nos pasó?
Cambiar de parecer por intención de efectos ajenos a nosotros.
Levedad de un hastiado y pesado pensamiento.
Dificultad de ver facilidades en mi silueta psicológica.
Préstame unos sentimientos, he llegado a olvidar algunos.
Ilumina cantares, sé que son etéreos, pero se los puede apreciar con la serenidad de un niño.
Huye antes de tiempo, hay peripecias por el camino que llenarán los vacíos que por ahí se generen.
Mantén un recuerdo, no uno en que sea parte de tu remembranza; uno donde disfrutes mucho... antes de conocerme.
No olvides tus suspiros, sobre todo esos que nacieron pensando en lo maravilloso que eres.
Hay una fiesta en el que eres el anfitrión, aquella donde te sientes tú y se celebra tu vida y alegrías plácidamente.
Eres la alegría de mi llanto, el reflejo de mi ser pasado por el tiempo y las partidas.
Incito al olvido de las necesidades, aunque puedo pedir una por última vez: Tú.
Mirando actitudes, tardíamente tal vez logre aprender de ellas; espero la venia y tranquilidad para atreverme.
Eres la filosofía más triste, anuncia su muerte con el rechazo a su esencia y sin haberla profesado.
Ojalá no pudiera borrarte y poder cubrir siempre tus pasos.
Vi unos hermosos rocíos que me llenaron más aún de humanidad.
Siento inmensidad, pese a la conciencia de mi insignificancia; esto es sorprendente.
Me eleve arcanamente hasta lugares donde el umbral de la imaginaron concierne su realidad.
Una canción que tiene letra sin tono; publico pero no autor; reconocimiento pero no un título.
La presencia de un entorno aislado de tus expectativas.
Sobre palabras de un lamento, se crean historias sin sentido pero con sentimientos ufanos.

Yapo Elmer


Paradigmas Infusos Emulados y Enraizados

NOVIEMBRE, 2018

Amor
Al amor de mi vida...
Al fantaseo a las noches de insomnio.
Al último respiro del día.
A la última párvula y cándida sonrisa de un infante.
Al olvido premeditado de un mágico héroe.
Al dulce canto de un ave afrontando el alba.
Al último saludo en una partida sin retorno.
A la solitaria lágrima en las mejillas del primer amor.
Al último acorde de una canción.
Al último parpadeo de un descenso.
Al "Adiós" de un hijo a su madre.
A la voluntad de aguerridos guerreros.
A la amabilidad de una noche en el campo.
A la infranqueable naturaleza del pensamiento.
Al oscuro y adaptable carácter de la soledad.
A la dureza de un diamante y la inmensidad del mar.

Yapo Elmer